Vilafranca del Penedès, capital del vino y de las tradiciones vivas
Un pueblo con carácter en el corazón de los viñedos
Situada entre Barcelona y Tarragona, Vilafranca del Penedès cautiva por su autenticidad, su cultura del vino y una agenda festiva vibrante. Esta capital de la comarca del Alt Penedès combina patrimonio histórico, gastronomía y paisajes de viñas infinitas, ideales para una escapada con encanto.
Un paisaje de viñas y bodegas
Vilafranca es sinónimo de vino. Pasear por sus alrededores es perderse entre campos de cepas y masías. La ciudad alberga el Vinseum, un museo del vino de referencia, donde descubrir la profunda relación entre el territorio y la cultura vitivinícola. Varias bodegas de renombre, como Torres o Parés Baltà, ofrecen visitas y catas en entornos privilegiados.
Un casco antiguo con personalidad
El centro histórico conserva calles estrechas y edificios nobles. La basílica de Santa María, con su campanario gótico, preside la ciudad. En la plaza de la Vila y la calle Mayor encontramos tiendas de proximidad, artesanía y terrazas que mantienen la esencia local.
Fiestas que hacen pueblo
La Fiesta Mayor de Vilafranca es una de las más espectaculares de Cataluña, con diablos, castells, gigantes y música. Los castellers, con la colla local Castellers de Vilafranca, son un orgullo local y ofrecen actuaciones durante todo el año.
Gastronomía con raíces
Restaurantes como Cal Ton o El Cigró d’Or apuestan por el producto local y maridajes con vinos del Penedès. En la plaza del Mercado, cada sábado el mercado semanal muestra la riqueza de la tierra, con frutas, quesos, embutidos y vinos de la zona.
Una ubicación inmejorable
Vilafranca está perfectamente comunicada con Barcelona y Tarragona por tren y carretera. Es punto de partida ideal para explorar el Penedès a pie o en bicicleta, descubrir pueblos como Sant Sadurní d’Anoia o Subirats, o simplemente dejarse seducir por el silencio de las viñas.